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Free tours, sus daños.

  • Foto del escritor: Laura Palmer.
    Laura Palmer.
  • 27 jul 2020
  • 3 Min. de lectura

Para poder explicar los daños que ocasionan los free tours, primero hemos de explicar qué son. Como su propio nombre indica, son tours, visitas guiadas libres, libres de precio, libres de garantías profesionales y, en la mayoría de los casos, libres de cargas fiscales, e incluso libres de guías de turismo.


Los free tours nacieron ya hace varias décadas, no son ninguna novedad en 2020. Debido a la gran crisis económica vivida en este siglo, muchas personas se quedaron sin empleo, pero al contar con conocimientos generales de su lugar de residencia, optaron por "hacer de guías de turismo" para así poder "ganarse unos eurillos".


Vamos a analizar la frase anterior, estas personas, en su mayoría, "hacen de guías de turismo" porque no son guías de turismo, en el caso de España, muchos de los guías free tour son intrusistas en el sector de las visitas guiadas. En España, para poder ejercer profesionalmente la labor de guía de turismo es necesario estar en posesión de una acreditación oficial, es decir que no te basta con tener labia, conocimientos y don de gentes, hay que estudiar para ser guía de turismo. Muchos de los que lideran los free tours "hacen de guías", he utilizado el verbo liderar, porque al no estar acreditados para guiar a turistas, simple y legalmente, no pueden guiar.


La segunda parte de la frase menciona "ganarse unos eurillos". Al ser free tours, son libres de precio y el turista paga la propina que estima oportuna según su criterio, también es cierto que encontramos plataformas en las que se exige al cliente que pague una propina al guía al terminar la visita, u otros anuncios de visitas a un precio exageradamente bajo con la expectativa de que los turistas complemente el precio bajo de la visita con una propina.

Este modelo de visitas, o excursiones, es particularmente dañino, tanto para las personas que se dedican a ello, como para los turistas, como para la economía.


Como ya se ha mencionado, nos encontramos ante un caso de intrusismo profesional, ya que muchas de las personas que se dedican a los free tours no son guías oficiales, como exige la ley, y por tanto cubren un puesto profesional que no les corresponde, impidiendo a personas que se han formado, poder ejercer su profesión.


A ello hay que sumarle, que muchos de estos intrusos profesionales, ni tan siquiera están dados de alta en la seguridad social, ni como autónomos, ni como trabajadores de las plataformas en las que se anuncian estos tours. Claramente, ello implica que no contribuyen con sus cotizaciones a las arcas públicas, además al no emitir factura alguna, no se pueden confirmar sus ingresos, es todo dinero negro. No en todos los casos se trata de una economía sumergida, al igual que hay un bajo número de guías oficiales entre tanto intruso profesional, también hay guías oficiales que están dados de alta en la seguridad social, normalmente como autónomos, si bien hay que recalcar que son minoría.


¿Qué gana entonces la plataforma anunciadora? En el caso de las visitas con precio establecido, la plataforma comisiona por visitante, como es de esperar, pues la plataforma pertenece a una empresa y no a una organización caritativa.


Ya que los precios no suelen estar pactados de antemano, la persona que "hace de guía" se encuentra en una situación de mendicidad, pues sus ingresos dependen exclusivamente de lo caritativos que sean los turistas, quienes para poder hacer cuantas más rutas, mejor, reparten su presupuesto para visitas entre todas las rutas que hacen.


La ley no exige tener un seguro profesional, salvo que se trate de empresas de turismo activo. Por tanto estas personas que ejercen el intrusismo profesional "haciendo de guías" difícilmente contarán con un seguro de responsabilidad civil. Por tanto, si alguien se hace un esguince visitando un monumento, que no cuente con que quien dirige la visita le pase los datos de su seguro.


A consecuencia de la gran participación de intrusos laborales, es poco probable que el visitante sea atendido por un profesional del sector, o lo que es lo mismo: es poco probable que la información recibida sea de calidad, veraz, contrastada, o que la persona que lidera la visita se ponga en contacto con él para resolver una duda que no pudo ser resuelta durante la ruta.


En conclusión los daños de los free tours, son: el intrusismo laboral, la falta de profesionalidad, fraude fiscal y fraude al turista.


Laura Palmer Marrero 27/07/2020.

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Informadora turística incapaz de dejar de aprender.

 

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