Museología alternativa.
- Laura Palmer.
- 2 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Los museos siempre han sido un reclamo para los turistas, pero cada vez son más las personas que quieren disfrutar del entorno que visitan sin encerrarse en un museo, estas personas buscan vivir la mayor cantidad de experiencias en ese entorno: conocerlo, sentirlo…
Según el ICOM (Consejo internacional de museos) la museología se ocupa del estudio del propósito y la organización de los museos, lo que incluye las relaciones con el medio físico.
A principios de los años 70, por George Henri Rivière y Hugues de Varine inician la idea de crear museos usando el patrimonio local e impulsarlos a través de las comunidades locales, ayudando de esta forma al desarrollo local, los ecomuseos.
Generalizadamente, entendemos museo como un edificio con colecciones, expertos y técnicas; sin embargo los ecomuseos se entienden como la suma de cinco pilares: territorio, patrimonio, memoria y población.
Una de las claves de esta nueva museología es la dinamización de uno de sus pilares a través de otro, adquiriendo la comunidad local un compromiso de networking comunitario a largo plazo. Este trabajo a largo plazo crea un recurso económico sostenible. Es decir, es la población quien impulsa un proyecto dentro de su territorio, para salvaguardar el patrimonio y su memoria creando un recurso económico sostenible.
De esta manera surge un museo que no precisa de un edificio como infraestructura única, ya que en él se incluye, interpreta y celebra el patrimonio histórico y natural de una localidad, siendo así una museología alternativa. Los ecomuseos hacen permiten la convivencia del museo con la satisfacción de experiencias en el entorno.
Desde los años 90, Hirano- Cho se ha desarrollado un ecomuseo en un enclave no turístico. Este enclave dispone de varios edificios donde se exponen muestras de su patrimonio cultural, y una vez al mes la ciudad se presenta como ecomuseo, un espacio abierto a la interpretación de las particularidades históricas del lugar, a las demostraciones de su vida diaria y donde el último domingo de cada mes, los habitantes de Hirano- Cho se convierten en guías turísticos.
Que una localidad aislada, sin un atractivo turístico aparente se siga beneficiando desde hace más de 20 años de este ecomuseo, demuestra la viabilidad de la nueva museología.
Por Laura Palmer Marrero.

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